sábado, 30 de mayo de 2009

No pecarás

“Seven” de David Fincher (1995)

Aunque se le puedan poner algunos reparos, David Fincher es uno de los directores actuales que más emociones despierta en el espectador, ya sea por su estilo visual (estimulante e impecable, sin duda alguna) y por la solidez de sus guiones (que esconden pistas sutiles que a la larga van a ser determinantes en el desarrollo de la historia). “Seven” es la segunda película de David Fincher, también viene a ser la película que sacó a Fincher a la luz y que mostró en definitiva las características del cine de Fincher, que después volveríamos a ver en “El club de la pelea”, “La habitación del pánico”, “Zodiaco” e incluso en “Benjamin Button” (aunque en este caso en menor grado).

Desde la premisa inicial la película se muestra inquietante: un asesino psicópata-intelectual empieza a realizar asesinatos “inspirado” en los siete pecados capitales de Dante, dos policías (uno a punto de retirarse y otro recién llegado a la ciudad irán tras sus pasos en una cacería cruda y sin concesiones. Morgan Freeman interpreta muy bien al detective Somerset (el que está a punto de retirarse), mientras que Brad Pitt interpreta bien (a pesar de lo que muchos han podido decir, para mí Pitt se muestra muy correcto) al detective David Mills, el joven detective que acaba de llegar a esta ciudad “caótica y perversa” para reemplazar al agente Somerset. También es parte del elenco Gwyneth Paltrow interpretando a Tracy, la esposa del detective Mills. Prefiero mencionar después la interpretación del asesino.



La primera media hora de la película corresponde a las pesquisas de los detectives, los cuales poco a poco van a descubrir lo sutil y perversa que es la mente del asesino, quien no estima ni tiempo (a una víctima la tuvo en permanente tortura durante cerca de un año) ni meticulosidad (cada crimen es una obra de arte que lleva a la siguiente). La falta de esperanza y la incertidumbre invadirá, entonces, a nuestros protagonistas: como ir tras a un asesino que siempre va un paso delante de ti, y que además parece controlarlo todo. Pero estas adversidades también los irá acercando, no hay que olvidar la entrañable escena de la cena en casa de los Mills.



Presenciamos entonces una búsqueda sin salida, nos frustramos con los protagonistas, sólo nos queda ir esperando uno a uno los asesinatos (algún espectador incluso irá tomando nota uno a uno cada pecado). La ciudad tampoco parece ayudar mucho (“Seven”, sin duda alguna, es urbana): hostil, una lluvia casi permanente, cruda y perversa, una ciudad “en la que no puede crecer un niño”. No obstante, la secuencia de asesinatos e indagaciones no deja de atarearnos y nos obliga a estar totalmente conectados con la historia en busca de alguna pista secreta que nos revele algo más; aunque quizás muchos no nos hayamos dado cuenta que las pistas que el espectador exigía ya nos fueron dadas: en los créditos iniciales, por lo que fueron pistas infructuosas, dadas demasiado temprano (considero que una segunda visión de esta película es realmente enriquecedora).



El espectador se encuentra totalmente ensimismado presenciando las pesquisas policiales cuando de la nada y sin aviso, una simple visita a una casa nos lleva a la pista principal: la casa del asesino. Y sin previo aviso presenciamos la primera aparición del asesino, aún sin rostro, y se inicia una trepidante persecución que acaba sin éxito. Pero ahora contamos con una nuevo medio para conocer al psicópata John Doe (¡tiene nombre!): al fin podemos saber lo que pensaba que nos llegaba a través de los diarios que escribía que nos revelan una mente perturbada y megalomaniaca.





Al comienzo hablé de una primera parte, eminentemente policial e influenciada por el film noir. Ahora bien después de esta indagación que, se puede decir, llega a término con la identificación del asesino, viene el desenlace: Doe se presenta en la comisaría voluntariamente y es arrestado. Kevin Spacey, sin duda alguna, caracteriza a uno de los mejores villanos de los noventas. Poco a poco empezamos a conocer y “entender” a Doe, sus ideas al fin y al cabo no era tan descabelladas y su forma de castigar a los pecadores podría justificarse en cierta forma (no quiero decir que apoye las atrocidades que pudiera haber cometido en esta ficción) y se puede admitir que nos genera un poco de simpatía; he aquí está el gran logro de Kevin Spacey, en lugar de presentarnos un ser repugnante, nos presenta un individuo inteligente, perturbador pero también, en buena medida, carismático.

El final es memorable, y preferiría no hacerle perder el impacto contándolo; es más, creo que nadie debería cometer el sacrilegio de contar el final de esta película, dejémosla en su medio natural, el cinematográfico, y sólo pensemos en las imágenes más perturbadoras: los helicópteros, el desierto, Doe arrodillado y victorioso, la lección de que “nunca podrás imaginarte lo que puede haber en una caja”, Mills (Pitt) desesperado…El espectador esperaba un happy ending, aunque poco a poco (incrementado por la conversación en la carretera rumbo al fatídico desenlace) se va convenciendo de que nunca lo tendrá, y efectivamente es así: presencia un desenlace perturbador y terrible en que los buenos no ganan, y no suficiente con eso, sus vidas se ven alteradas para siempre. ¿Y que nos queda a nosotros?, sólo “seguir por aquí”.


sábado, 9 de mayo de 2009

Visiones de muerte

"The Dead Zone" - David Cronenberg (1983)

Esta película supone el encuentro entre dos artistas: Stephen King, el Rey del Terror, y David Cronenberg, el que hasta ese momento era considerado un interesante director de cine de terror (Cromosoma 3, Scanners, Videodrome, etc). El saldo de éste encuentro, siempre en mi humilde posición de admirador del cine, es muy favorable: atmósferas notables, personajes logrados, guión inteligente y transformación del protagonista tan perturbadora como fascinante.

Un prometedor Christopher Walken interpreta a Johnny Smith, un profesor de literatura que lleva una plácida vida y que cuenta con planes de matrimonio con su novia, la también profesora Sarah Bracknell (Brooke Adams). La vida perfecta de Johnny se ve trastocada cuando sufre un accidente automovilístico que le hará permanecer cinco años en coma. Con el despertar llega el “hecho extraordinario”, Johnny descubre que posee poderes extrasensoriales que le permiten, con solo tocar a las personas ser capaz de ver su pasado y, sobre todo, adivinar su futuro (en la película hay cierta predilección por los hechos oscuros); cualquier parecido con “El protegido” de M. Night Shyamalan no es para nada fortuito (hay que tener en cuenta que la película del realizador hindú es muy posterior a la obra aquí mencionada).

El “hecho extraordinario” es el punto de partida para un guión inteligente. Primero podemos ver la manifestación del fenómeno y como reacciona Johnny ante su don, al que considera como un castigo de Dios (el protagonista expresa su opinión en una áspero intercambio de palabras con un policía), pero también se considera el desarrollo sentimental del protagonista: su antigua novia Sarah se ha casado y tiene un hijo, Johnny debe afrontar esto ya que para él “es como si sólo hubiera pasado un día”. Aún si puede amarla por un día sabe que será algo fugaz, porque ya no es el mismo.



Luego observamos como usa su don para resolver una serie de asesinatos en el pueblo donde vive: el desenlace es impactante, tanto porque nos enteramos que un joven asistente de policía era el asesino como por el suicidio de éste en la bañera (directo y sin temor). Esta parte de la historia es muy dinámica e interesante.





Se puede decir que la historia hasta este momento corresponde a una etapa de descubrimiento y aprendizaje; hay que convivir con aquello extraordinario para así tratar de asimilarlo. Sin embargo, este esfuerzo por asimilar lo extraño y extraordinario fallará; Johnny sufrirá iniciará un proceso de transformación (el gran tema de Croneneberg en todas sus películas es la transformación, ya sea como una mutación, un trastorno psicológico, una degeneración o el retorno a un pasado violento) que lo debilitará poco a poco. Esta debilidad junto al acoso de los medios de comunicación del pequeño pueblo lo obligarán a mudarse a otra ciudad.

Johnny se convierte en una suerte de individuo tratando de sobrevivir y afrontando sus dificultades. Este momento sirve para presentarnos nuevos personajes: Chris Stuart, un niño con problemas de socialización cuyo acaudalado padre contrata los servicios de Johnny, y Greg Stilsson (interpretado muy convincentemente por Martin Sheen), aquel político de doble cara, capaz de atraer y esperanzar a las masas, pero con un sentido de la moral maquiavélico (no pude encontrar una mejor palabra para describirlo). Nuestro protagonista establecerá con Chris una bella relación casi filial; esto hará más grave el hecho de que cierto día, al abrazar al pequeño, Johnny presenciará la muerte de éste en el juego de hockey (por resquebrajamiento del hielo) que tenía programado esa tarde. Intempestivamente habla con el padre del muchacho (¿quieres usted matar a su hijo?) y consigue que suspenda el juego a costa de su empleo. Al otro día se entera por el periódico que unos niños habían muerto en el hielo, llama preocupado a casa del niño y la dulce voz de este contesta: se había salvado.



Johnny descubre que tiene la capacidad de alterar el futuro, ¿habrá descubierto su verdadero don? Este hecho puede parecer sin importancia si no fuera por lo que viene a continuación: en un mitin de Greg Stillson, logra cogerle de la mano y puede visualizar que en un futuro, Stillson como presidente iba a provocar un holocausto nuclear. Entonces surge la pregunta de si debe hacer algo para evitar eso y salvar a miles, o quizás millones de vidas. Esta pregunta se la realizara a su médico (quien lo viene cuidando desde su accidente), un personaje que se lleva nuestra admiración y que recién ahora me acuerdo de mencionar, aunque haciendo la suposición de que si tuvieras la posibilidad de retroceder en el tiempo y poder matar a Hitler, ¿lo harías? El médico después de meditar le responde que sí.



Johnny entiende porque le fue otorgado ese don, comprende su objetivo y se decide a cumplirlo. Después de escribir una carta de despedida a Sarah (a quien siempre amó), se esconde en el local donde se iba a presentar Stillson el día siguiente. Amanece, v espera, llega Stillson, acomoda el arma, se prepara para disparar, Sarah se encontraba allí, lo ve con el arma y grita, Johnny se tambalea un poco y equivoca el disparo. Aún puede volver a disparar, pero Stillson cobardemente toma al bebé de Sarah y lo usa como escudo, Johnny no puede disparar y el guardaespaldas de Stillson (un personaje perturbador a lo largo del metraje) aprovecha para dispararle. Johnny cae, Stilson, furioso, se acerca, Johnny le coge de las manos: una foto ha sido tomada mostrando a Stillson usando como escudo al bebé, la carrera política de Stillson ha muerto (“se acabó….estás acabado”), sólo le queda el suicidio. Johnny se alista para partir, Sarah lo coge entre sus brazos mientras llora, quizás pensando en todo lo que sucedió por el simple hecho de que él no se quedara a dormir en su casa (si has visto la película sabrás a que me refiero).





Documento de una época, expresión de la inquietud de una generación; “La zona muerta” puede tener varias lecturas, aunque me quedo con el mensaje final: “podemos cambiar el futuro (el destino)”

lunes, 4 de mayo de 2009

10 notables del mundo Cómic

Ya Ocram hizo el anuncio: "cada friki debe recomendar 10 cómics que sirvan para que los infieles se inicien en el culto al noveno arte". Ya que no soy un friki "amante" del noveno arte, sino un pata vago entre cuyos intereses está indagar en ese mundo curioso e interesante que es el noveno arte (cómics), he decidido hacer una lista de diez "notables" cuyo origen se halla en este arte(algunos son cómics en sí). Ahí van:

Hellboy



Mi acercamiento llegó por las películas de Guillermo del Toro. ¡Sensacionales!

Sin City



La película de Robert Rodríguez presenta un lenguaje visual muy interesante, y nos basta con eso para presenciar lo que se viene.

Superman, la película (la primera)



A mi parecer, la más lograda; quizás por ese tono nostálgico (incrementado por las participaciones de Marlon Brando y Glenn Ford) que ya es mítico.

Tintín



Obviamente llegué a él cuando transmitieron la serie por televisión; a partir de este punto empiezas a descubrir más y más y más.

Asterix



También llegué a él por la televisión, aunque en este caso eran películas transmitidas por Cartoon Network: marcaron mi infancia.

Watchmen



Mucho polvo fue levantado con el estreno de la adaptación cinematográfica. Hay mucho de rescatable en la película, pero el cómic es una obra maestra.

Animal Man Nº 6



Uno de los mejores números de cómic de la historia: finalmente el Coyote se redime, nunca volverás a ver con los mismos ojos a los Looney Tunes.

Batman



Tres grandes películas, muchas buenas series de cómics. Ya mucho se ha dicho sobre este personaje.

Maus



Los ratones son judíos, los alemanes, gatos y los polacos, cerdos. ¿Se pudo hacer algo mejor? No lo creo.

Esplendor americano



Sin temor digo que estamos ante la mejor adaptación de un cómic a la pantalla grande. Una película de la que nunca te podrás olvidar. La maravilla de la cotidianeidad.