sábado, 17 de enero de 2009

Crónicas jaenas (2a parte)



10 de Enero

Fondo: un baño iluminado por una luz tenue, crepuscular

Figura: un tipo mirándose al espejo

“…no comprendo que es lo que veo al frente de mí: una tenue mirada, un rostro impasible, una sonrisa latente por lo que él sabe de mí (y yo no sé)”

Fin: un espejo roto

pseudo-haiku para amenizar:

las sombras no se reflejan a través del espejo,
tus ojos sí, ¿por qué?
¿quizás porque puedo ver a través de ellos?


13 de Enero

Sólo léelo si no tienes nada mejor que hacer

Sin duda en el fin de los días podría expresar muchas más palabras, quizás incluso pueda pronunciar un discurso bien estructurado o quizás siga engañando a la gente con fantasías como la del hipocampo llegó a la luna y descubrió unas ruinas milenarias; en realidad el término “milenarias” suele ser usado para encubrir una falta de conocimiento por parte del escritor de turno, aunque también es usado como un término que denota tanto exotismo como romanticismo, aquel germen que fue uno de los puntos más altos del siglo XIX.

¿Y los trasmundistas seguirán existiendo en el fin de los días? Sí, (I’m sorry little Nietszche) porque no me parecen del todos locos y yo (ser supremo-todopoderoso de mi imaginación) puedo ubicar a quien me dé la gana en “El fin de los tiempos Director’s Cut”, aunque el pequeño Federico berrinche y arme un mini-drama al estilo shakesperiano: mi querido amigo, hiciste una obra maestra pero esta es mi imaginación.

La ciudad de los sueños sin duda será la capital de la tierra cuando llegue el fin de los días. Ahora camino por sus calles, paseo por sus parques, me sumerjo en sus muesos y bibliotecas; vuelvo a la calle, la acera se encoge más y más, es mi fin, pero sigo caminando entre nubarrones de monóxido de carbono y metano (el aire puro del fin del mundo), entre pliegues de tierra y postes de ámbar y vidrio, como los de aquella vieja ciudad de nómades. La acera se encoge más y más, es mi fin, y caigo en el grueso cemento de la pista desnuda sin carretas ni automóviles ni almas humanas perdidas, al fin puedo decir que éste es mi fin. ¿Cómo sé que éste es mi final?, porque estoy navegando en el océano ignoto de mi imaginación, aquel lugar del cual nunca podré salir y en el que erraré hasta el fin de los días (motivo del texto).

3 comentarios:

José Luis Huerto Aguilar dijo...

No lo lei; estaba avanzando unas historias clínicas de pacientes con TBC para mi curso electivo. ¿De que trataba la publicación? ¿Me puedes hacer un resumen?
Gracias =)

José Luis Huerto Aguilar dijo...

"El Fin de los Tiempos Huerto's" Cut"

Anónimo dijo...

excelente, al menos pasaste más tiempo allá que yo... T_T Me doy cuenta que soy la única de uds (Xexi y tú) que extraña Jaén... No, espera, soy parte del 0.00001% que quiere regresar allá.